El diseño de Globasa, que recuerda a los idiomas criollos del mundo, es el resultado de los siguientes principios rectores:
Al construir un idioma mundial que sea fácil de aprender y de usar tanto para el hablante como para el oyente, el consenso es apuntar hacia la simplicidad. Sin embargo, una simplicidad excesiva lamentablemente puede resultar en falta de funcionalidad, falta de practicidad o incluso en una mayor dificultad. La razón de esta paradoja se debe a los siguientes hechos:
Como resultado, se debe alcanzar un término medio entre los parámetros lingüísticos opuestos para lograr una simplicidad óptima. Las siguientes son las características más destacadas de Globasa basadas en los tres principios rectores mencionados anteriormente:
Razonamiento: una gran cantidad de pares de palabras con pronunciación similar aumenta el nivel de dificultad para el oyente y por lo tanto reduce la facilidad de uso.
Razonamiento: Puede parecer conveniente reducir aún más el número de consonantes. Esto ciertamente tendría ventajas obvias. Por otro lado, también tendría un costo:
Se reduciría aún más la fidelidad a las palabras en sus idiomas de origen.
Se generaría un mayor número de palabras de pronunciación similar. O, para evitar esto, sería necesario aumentar la longitud promedio de las palabras.
Fonotáctica: Ni demasiado simple, ni demasiado compleja
Número limitado de conjunctos de consonantes en el inicio silábico
Máximo de una consonante en la coda silábica
Razonamiento: Igual que el anterior
Analítico o sintético? Globasa, al igual que los idiomas criollos del mundo, se inclina hacia el lado analítico, el cual tiende a ser más simple dentro del espectro, pero agrega ciertos afijos gramáticos para evitar los peligros de los extremos.
Núcleo inicial o núcleo final? Globasa, como la mayoría de los lenguajes naturales, hace uso de ambos parámetros.
Razonamiento: En su etapa experimental, Globasa comenzó como un idioma estrictamente con núcleo inicial, tanto para la estructura de frases como para la formación de palabras, con la idea de que con el núcleo al inicio las estructuras son más fáciles de procesar. Finalmente, se llegó a la conclusión que un término medio era la solución óptima.
¿Qué alcance internacional debe tener el léxico de un idioma mundial?
Hay más de 6000 lenguas naturales en el mundo. ¿Deberían tenerse en cuenta todos los idiomas, o al menos todas las familias lingüísticas? ¿Debería haber sólo una familia lingüística como fuente principal?
La respuesta de Globasa, una vez más, es establecerse en un término medio y apoyarse principalmente, aunque no exclusivamente, en los idiomas y familias de idiomas con más hablantes y de mayor influencia.
chino mandarín, japonés, coreano, vietnamita, swahili
Nota: Aunque el mandarín, el japonés, el coreano y el vietnamita pertenecen a diferentes familias lingüísticas, comparten muchos cognados entre sí. Estas fuentes lingüísticas en común se aprovechan en Globasa.
dravídico: telugu, tamil, etc.
germánico: inglés, alemán, etc.
indoario: hindi/urdu, bengalí, etc.
iranio: persa, pastún, etc .
malayo-polinesio: indonesio/malayo, filipino, etc.
romance: español, francés, etc.
semítico: árabe y hebreo
eslavo: ruso, polaco, etc.
túrquico: turco, uzbeko, etc.
Razonamiento: Todas, o cuando menos, la mayoría del resto de las lenguas menos habladas (incluidas las lenguas indígenas del mundo) han tomado palabras prestadas, al menos en cierta medida, de las lenguas anteriores, y viceversa. En consecuencia, las lenguas que no se han tenido en cuenta tienen seguramente al menos un pequeño número de palabras en común con las seleccionadas como fuentes para Globasa.